martes, 31 de mayo de 2011

Cuenta descendente por Pepe Eliaschev

A estas horas se está decidiendo algo fundamental en el futuro inmediato de la política argentina. No es poca cosa lo que se debate en la concreción o fracaso de una alianza electoral que preserve o elimine las chances de un frente presidencial con Ricardo Alfonsín a la cabeza. Todo indica que ha calado fuerte en las variantes de izquierda de las oposiciones al kirchnerismo la tentación de perder el 27 de octubre antes que intentar un diseño amplio con posibilidad de ganar. Alfonsín ha dicho hace pocas horas que “efectivamente queremos ganar en octubre, y no pasar por el proceso electoral de un modo meramente testimonial o para ganar un poco más de bancas”. Los radicales perciben que el llamativo principismo de lo que en la UCR denominan sus aliados naturales, equivale a quedarse sin mayoría en las elecciones. Saben que un acuerdo chico de centro-izquierda en la provincia de Buenos Aires equivale a una amplia derrota nacional. Con el 38 por ciento del padrón nacional, la provincia define la batalla, inequívocamente. Sin presencia peronista en un frente de alternativa al kirchnerismo, solo se consigue un resultado testimonial. El único peronismo en condiciones de converger en esa salida es el que orienta a Francisco de Narváez, que en 2009 derrotó al kirchnerismo con toda su artillería. Alfonsín admite que la UCR, el socialismo y el GEN coinciden en que “lo mejor que le puede pasar al país es un Frente Progresista en el gobierno”, pero advierte que “el triunfo oficialista incrementaría aún más el hegemonismo y con ello afectaría la calidad democrática”. Para Alfonsín, cuatro años más de kirchnerismo agravarían los perjuicios que viene sufriendo el federalismo y determinaría la continuidad de una desigual distribución territorial de los ingresos derivados de los mercados internacionales. Para construir lo que ha bautizado “un Estado Decente”, su propuesta es que “nuestra obligación es concluir la construcción de nuestra fuerza progresista con una base sensiblemente anti-hegemónica y capaz de vencer en octubre”. Su idea clave, esa base “esencialmente anti hegemónica”, no parece ser compartida con similar énfasis por el socio básico en esta apuesta, el gobernador santafesino Hermes Binner. Cuando Alfonsín pide asumir como naturales “las controversias sobre los modos de su construcción”, alude hasta a la raíz de la cuestión. Los radicales confrontan un dilema delicado, cuya resolución es esencial. Como pasa siempre en las historias políticas de los países, la clave al elegir amigos y enemigos es definir el obstáculo principal. En este caso, al plantear el problema de la base anti hegemónica, el presidenciable radical habla del kirchnerismo como práctica, concepto y modelo. Lo sindica como el centro del enemigo a vencer, no como una mera anécdota. Lo paradójico es que el único distrito del país en el que el Partido Socialista tiene auténtica gravitación es Santa Fe, pero, en solitario, el socialismo no podría ejercer el gobierno de esa provincia. Los resultados del domingo pasado son aleccionantes. En Santa Fe Capital, por ejemplo, la UCR obtuvo el 70%, mientras que el PS fue votado por el 23%. En Rosario, su baluarte, los socialistas, lograron el 56%, contra 42% de la UCR. En otras palabras, sin los radicales, en Santa Fe ganaría las elecciones el kirchnerista Agustín Rossi. Los radicales ganaron la primaria del Frente en Venado Tuerto, Reconquista, Casilda, Firmat, Rafaela, Rufino, San Lorenzo, Santo Tomé, Villa Constitución. En ciudades y pueblos de más de 10.000 habitantes, sobre 40 candidaturas, 32 fueron ganadas por radicales. Aunque los radicales se dicen inspirados por un patrimonio común de historia y valores con los socialistas, prefieren la perspectiva central de la política, que es ganar las elecciones, y por eso exigen en la provincia de Buenos Aires tener las manos libres para armar construcciones electorales válidas. Es lo que Alfonsín describe como “ámbito territorial limitado”. La única salida visible hasta hoy sería que Binner acepte el acuerdo UCR-De Narváez en la mayor provincia argentina, pero que ello no implique convergencias similares a escala nacional, ¿Es posible? Alfonsín piensa que sí y por eso sostiene que se necesita “valentía política” para intentar liderar la síntesis de electorados e identidades diferentes, “y sin perder la esencia ideológica”. Lo hace con una llamativa angustia y por eso necesita aclarar en tono casi trágico que “no están en riesgo, lo aseguro, las convicciones que proclamamos que nos unen”. ¿Era tan necesaria esa mortificada aclaración? Pasa en las mejores familias: en el partido de los socialistas al que pertenece Binner hubo defecciones clamorosas hacia el kirchnerismo (los casos de Ariel Basteiro, Jorge Rivas y Oscar González), sin que esto margine a esta fuerza del proyecto de alternancia al kirchnerismo. Por eso Alfonsín se agravia con quienes “injustamente pretenden adueñarse de los principios que atesoran como un valor intransferible”. Reducido el esquema de las presidenciales a un escenario cada vez más estrecho, la frustración del proyecto opositor más vigoroso, dando como excusa la idea de la impureza ideológica, sería una excelente noticia para la Casa Rosada, el mejor regalo que podría llevarse Cristina Kirchner en su inminente paseo de la quincena próxima por la espléndida y ahora veraniega Venecia y por sus bellos canales.

viernes, 13 de mayo de 2011

ALFONSIN: "LA POLITICA ECONOMICA ARGENTINA NO TIENE RUMBO"


El candidato a presidente de la Nación Ricardo Alfonsín aseguró que "la falta de rumbo y de estrategia de la política económica de la Argentina se refleja una vez más por la reacción del Brasil que decidió suspender la licencia automática para la importación de autos a nuestro país. 
Esta medida impactará en la la población ya que se frenarán las exportaciones y, con ellas, la producción.
La Argentina es el tercer socio comercial de Brasil y este país es el destino de más de un tercio de nuestras exportaciones. 
Hay que recordar que hace más de un mes Brasil pidió una reunión para tratar las tensiones comerciales y no se le contestó. Es decir, había una voluntad de conversar y no se la aprovechó.
La Argentina debe avanzar en dos sentidos: tener una política industrial y comercial consistente, que permita producir y exportar con mayor valor agregado y más complejidad tecnológica, y fortalecer el MERCOSUR para aprovechar las oportunidades existentes que nos da el mundo, para  que sirva de plataforma de impulso al desarrollo del país.

lunes, 9 de mayo de 2011

RAPACA EN MORENA DEFINIO SUS CANDIDATOS EN LA CUARTA SECCION ELECTORAL





Con la participación de 15 distritos, y la reunificación de las dos vertientes alfonsinistas, que estuvieron distanciadas por más de 4 años, el Ra.pa.ca eligió la ciudad de Vedia, cabecera del partido de Leandro N. Alem, para consumar ese hecho histórico, como así también para proclamar las candidaturas del legislador boanerense Gustavo Zuccari, como aspirante a diputado nacional por la cuarta sección electoral, y las candidaturas de Celina Sburlatti, de Bragado; y Álvaro García, de Chivilcoy, para representar al espacio en el frente que encabece el radicalismo en la cuarta sección electoral.
            Sobrevoló en el ambiente de la asamblea desde temprano un muy buen clima, debido a que se reunificaba una estructura partidaria, y que como viene haciendo el radicalismo desde hace 3 años, tiende puentes entre los militantes y los dirigentes para fortalecerse.
            En ese marco se realizó un sentido homenaje al desaparecido Andrés “Yoyo” Rebollini, quien fuera parte del espacio desde sus inicios, y falleciera el pasado mes de abril, en Lincoln, y sentidas palabras tuvieron tanto Horacio Volpe, como Ernesto Figueras.
Se realizó un extenso repaso de la cambiante actualidad que se vive en la realidad política, llevada adelante por Zuccari, y los convencionales Nacionales Jorge Illuminati de Leandro N. Alem, y Álvaro García de Chivilcoy, y con la activa participación de los representantes de los distritos, donde a pesar de que la coincidencia no fue total, todos destacaron la necesidad de establecer alianzas con otras fuerzas políticas que ayuden a consolidar el proyecto de Ricardo Alfonsín, a quien acompañan desde hace 12 años, y hoy será el articulador del espacio opositor en la Argentina.
Agotado el tema, se procedió a la proclamación de los representantes del espacio, para integrar las listas partidarias, con vistas a las elecciones primarias del 14 de agosto. En este caso, por unanimidad fueron proclamados, para ocupar el primer lugar de la cuarta sección electoral en la lista de diputados nacionales, Gustavo Zuccari; y las candidaturas de Celina Sburlatti de Bragado - en primer lugar-; y de Álvaro García - en segundo lugar- ; como referentes del Ra.pa.ca en el Morena, para ocupar los cargos de diputados provinciales.
Para finalizar la reunión cada uno de los elegidos agradeció el voto de confianza: Zuccari, debido a que fue resaltado su trabajo a lo largo del mandato en la legislatura provincial, Alvaro García, resaltó la reunificación del Rapaca y pidió una consideración especial para el distrito de Junín, en la distribución de cargos en los lugares posteriores. Por su parte, Celina Sburlatti, puso de manifiesto que era para ella un honor representar a los amigos, pero al mismo tiempo asumió el compromiso de estar allí donde se lo requieran, como así también se comprometió, a elegir dentro de cuatro años a su sucesor o sucesora de alguien del espacio, de modo de desestimar cualquier intento reeleccionista.
Los presentes, por unanimidad, coincidieron en la elaboración de un documento consolidando la vocación mayoritaria de la UCR y reafirmando la representatividad y conducción en las figuras de Ricardo Alfonsin y Miguel Bazze.
Jorge Illuminati, como anfitrión, agradeció la presencia de quienes se llegaron hasta Vedia, y solicitó que también se agregue en el documento el hecho de que una vez más los candidatos fueron elegidos en una asamblea soberana, realizada en el propio territorio, con la participación directa de los militantes de los distritos donde el espacio político tiene representación.
El encuentro se llevó a cabo en el comité local ubicado en San Martín y Arenales de dicha localidad.
Repercuciones en los medios:





 
              

domingo, 8 de mayo de 2011

Miguel Bazze, un armador clave en el equipo de Alfonsín


Hombre de la mayor confianza del candidato radical, miembro de su mesa chica de estrategia electoral, el titular del comité bonaerense de la UCR enfrenta el desafío de tejer alianzas con peronistas y socialistas, y unir, en un mismo espacio, aquello que las ideas políticas han separado
Laura Serra
La Nación


Cuenta la anécdota que aquella tarde de abril de 2009, a sólo dos semanas de la muerte de su padre, Raúl Alfonsín, Ricardo repasaba nervioso el discurso que debía brindar nada menos que ante la convención nacional de su partido, la plana mayor del Partido Socialista y la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Eran aquellas épocas de concordia y de unidad política en las vísperas de la elección legislativa en la que, a la postre, el kirchnerismo resultaría derrotado.
Al subir al atril, Ricardo Alfonsín se percató de que había olvidado los papeles de su discurso. "Improvisá", lo instó desde abajo del escenario su más que amigo, su hermano del alma por no compartir la misma sangre y el hombre devenido en uno de sus consejeros políticos de mayor confianza, Miguel Bazze.
El ahora presidente del comité de la UCR bonaerense recuerda con una sonrisa el episodio que tendrá, anticipa, un epílogo inesperado. Alfonsín, rememora, se olvidó de los nervios y desplegó el don de oratoria heredado de su padre. Allí llamó "a poblar de voces radicales el Congreso" y anticipó que ocuparía el segundo lugar, no el primero, en la lista de diputados nacionales, detrás de Margarita Stolbizer (GEN). "No pondremos en riesgo la construcción de este frente por cuestiones mezquinas", exaltó Alfonsín.
El público aplaudía de pie pero Bazze quedó petrificado. "Nos sorprendió a todos al relegarse al segundo lugar. No tenía por qué decir eso", recuerda. Apenas si podía disimular su desilusión; se esperaba el lugar estelar para su amigo en la pelea bonaerense. Pero su desencanto se disipó en el mismo instante en que un viejo correligionario y ladero de Alfonsín padre, Mario Yrigoyen, se le acercó al finalizar el acto y le susurró al oído: "Ya tenemos candidato a presidente".
Aquel acto, pero en particular esa frase, marcó un momento bisagra en las vidas de Alfonsín y de Bazze. Este supo entonces que a partir de ahí empezaría a rodarse una nueva película, la de Ricardo Alfonsín Presidente, en la que él sería uno de sus directores y su amigo, ahora sí, el protagonista excluyente.
Alfonsín y Bazze se conocieron en el crepúsculo de la última dictadura militar, en los albores de una democracia que, a fuerza de militancia clandestina, pugnaba por nacer. Bazze, por entonces un joven estudiante de ingeniería civil en la universidad de La Plata, se había enrolado en la agrupación juvenil radical Franja Morada, que lo fue conduciendo por un sendero muy alejado de la vida profesional que había proyectado. Claro que la política no era nueva para él, admite, menos aún cuando se es hijo de militantes radicales. Aún recuerda cuando en una fría mañana sus ojos escolares se deslumbraron al ver la figura de un hombre cano que, por su visita, causaba revuelo en el patio de su escuela. Era Arturo Illia, el primero que como presidente pisaba su Roca natal, en Río Negro. Su admiración por él no perdió fuerza desde entonces.
A tan solo un año de finalizar su carrera, abandonó los estudios y decidió volcarse a su nueva pasión, aunque procuró no descuidar su empresa familiar, una imprenta que heredó del padre y que afincó en La Plata, donde vive con su esposa y sus cinco hijos varones.
En aquellos años de estudiantina cruzó su camino con el del también joven Ricardo Alfonsín. La comunión fue instantánea; desde ese momento Bazze no se despegó del hijo del entonces presidente radical. En seguida se sintió atraído por su personalidad sencilla y cálida, su pasión por la lectura y el estudio, describe. "A veces nos quedamos horas conversando. Y no faltaron vacaciones en que nos íbamos a militar juntos a los pueblos, para desgracia de nuestras esposas", se ríe. No sólo se convirtió en su compañero de correrías políticas; fue tal la intimidad que gestaron en su amistad que resulta difícil disociar su vida de la de Alfonsín. Bazze mismo lo admite: le cuesta mucho hablar de sí mismo sin que su amigo ocupe buena parte de su relato.
Esta cercanía con el ahora candidato presidencial de la UCR le vale a Bazze el encono de algunos de sus correligionarios que conocen de cerca su historia.
"Es un tipo cuyo único mérito fue ser el amigo de Ricardito. No tiene estatura intelectual ni profesional y, menos aún, capacidad de planificar estrategias. Es muy limitado: ha sido siempre el ?mandadero' de Alfonsín y, sólo por esa intimidad con la familia, llegó a donde está ahora", son las críticas solapadas que se escuchan en las filas radicales.
Rivalidades e internas
Militar en política no es fácil y, menos aún, en el centenario partido de las boinas blancas, uno de los más fértiles para las reyertas internas y los odios personales. Bazze enseguida se ganó rivales cuando acompañó a Alfonsín en su cruzada para renovar el partido en Buenos Aires, un reinado que dominaban Federico Storani y Leopoldo Moreau.
"Bazze fue el primero en caminar con Alfonsín la provincia. Es de los amigos personales de Ricardo, es un tipo franco y honesto, por eso no cuadra con el aparato bonaerense tradicional. Tiene, además, una visión aguda y objetiva de la política y en justa ley se ganó su lugar en la intimidad de la construcción electoral del partido", lo define Mario Negri, dirigente cordobés también muy cercano a Alfonsín.
El primer encontronazo con la estructura partidaria de la provincia sucedió en 1999, cuando Alfonsín se atrevió a desafiarlos desde la quinta sección electoral, donde estaba afincado su bastión, Chascomús.
Fue la primera incursión política que protagonizó el hijo del ex presidente. Bazze se decidió a acompañarlo, ya desvinculado de Storani y su "Corriente de Opinión", donde había dado sus primeros pasos de militante. Ricardo Alfonsín perdió aquella interna, pero obtuvo dos cosas: un 48 por ciento de los votos, que lo motivó a fundar una nueva línea interna, Radicales para el Cambio (Rapaca), y un nuevo amigo de la política y también de la vida, Guillermo "Willy" Hoerth, un militante porteño que lo acompañó en la aventura. Como Bazze, Hoerth es uno de los pocos que integran el círculo de íntima confianza de Alfonsín.
El hijo del ex presidente tenía como obsesión cambiarle la cara y repuntar el radicalismo bonaerense, caído en desgracia con el desplome de la Alianza. En 2007, cuando la UCR todavía navegaba sin rumbo, hasta tal punto que debió buscar refugio en la candidatura presidencial del peronista Roberto Lavagna, Alfonsín aceptó la candidatura a gobernador de la provincia, a sabiendas de que iría a la derrota, pero confiado en que salvaría a su partido de lo que ellos consideraban una deshonra: votar al peronismo provincial. A su lado estuvieron Bazze y Hoerth; tres años después, el trío, siempre unido, decidió enfrentar al inexpugnable aparato radical que encarnaban Storani y Moreau, ambos bendecidos por el entonces ascendente Julio Cobos, vicepresidente y entonces potencial candidato a presidente por la UCR.
El final de la historia es ya conocida. La sorpresa la dio Alfonsín con su triunfo que lo catapultó casi automáticamente a la carrera presidencial y que marcó el principio del fin de Cobos. Bazze se entronizó como presidente de la UCR bonaerense y, como tal, se convirtió en uno de los actores principales en la estrategia de alianzas del radicalismo con vistas a las elecciones de octubre.
El círculo áulico del que sólo participaban Bazze, Hoerth y un puñado más de dirigentes bonaerenses se fue ampliando conforme crecían las posibilidades electorales nacionales de Alfonsín. El equipo de campaña ahora lo conforman el senador Gerardo Morales, presidente del bloque de diputados radicales; el jefe del partido, Angel Rozas; el diputado Ricardo Gil Lavedra, presidente del bloque en la Cámara baja, y el cordobés Mario Negri, con quien Alfonsín fundó la línea interna nacional Morena. Son ellos quienes asesoran de manera directa al candidato, quienes recorren con él los pueblos más recónditos del país en esta aventura de llegar al poder.
Bazze dice enfrentar ahora uno de los desafíos más complicados de su vida política: aunar en un mismo espacio bonaerense a Margarita Stolbizer, líder de GEN, al socialismo y al candidato a gobernador del Peronismo Federal, Francisco De Narváez. Al principio Bazze no creía apropiado entremezclar al radicalismo con sus sempiternos rivales, los peronistas, pero la idea fue cobrando cuerpo a medida que los avatares, siempre impredecibles en la política, fueron confluyendo hacia esa estrategia.
El que marcó el rumbo fue Alfonsín, quien, como su padre, nunca fue refractario a la idea de una convivencia política entre el radicalismo y un sector del peronismo. La decisión se tomó en una bucólica quinta de Pilar, hace poco más de un mes. Bazze ya había tenido contactos con uno de los lugartenientes de De Narváez, el también platense Alfredo Atanasof, ex jefe de gabinete de Eduardo Duhalde. Morales y Gil Lavedra también habían tenido sus conversaciones con Gustavo Ferrari, mano derecha del colombiano. Allí reunidos, los alfonsinistas decidieron avanzar. Su determinación ya no era sólo competir en la carrera presidencial: era, y es, intentar ganarle al kirchnerismo. Es la aventura mayor que a Alfonsín y a su fiel ladero Bazze les toca ahora enfrentar.
© LA NACION
QUIEN ES
Nombre y apellido: Miguel Bazze
Edad: 56
Origen radical: Nació en la localidad rionegrina de General Roca, en el seno de una familia de militantes radicales. En 1973 se trasladó a La Plata para estudiar ingeniería civil, pero dejó los estudios y se dedicó a la política.
Alfonsinista bonaerense: Conoció a Ricardo Alfonsín en 1982, cuando militaba en la agrupación Franja Morada, dentro de la línea Corriente de Opinión, fundada por Federico Storani. Hoy, alineado con Ricardo Alfonsín, preside el comité bonaerense de la UCR. Está casado y es padre de cinco hijos varones.